Valeria le obsequió a su abuela una plantita de flores violetas, no recuerdo el nombre si es petunia o pensamiento, algo así... La cosa fue que Valeria le había pedido a su abuelita hacer jardinería un rato, y mi niña hermosa pensó que transplantarían esa plantita de flor violeta en un sitio de su jardín o bien, en otra maceta. La sorpresa para Valeria fue que su abuela le mostró otra cosa interesante: cómo con los mismos geranios se puede hacer más grande ese glorioso jardín!
Valeria aprendió que no hace falta una planta de geranio con raíz para que florezca en otro sitio... simplemente hay que cortar piecitos de tallos de la misma planta con o sin flor y colocarlos en otra zona de tierra fértil. Así, expandieron más la zona de flores en aquel jardín glorioso del patio en casa de la abuela ...
¡Dalia se ha divertido con la tierra como no tienen una idea!
No cabe duda que el contacto con la tierra en los niños es esencial y les entrega momentos de felicidad absoluta....
El ver y el documentar esta linda tarde de momentos compartidos entre nietas y abuela me ha dejado grandes alegrías en estos días de primavera!
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